
El Reinado
Nuestro aval es toda la trayectoria de la Asociación, sin lugar a dudas, y de ello daremos cuenta más adelante, pero queremos hacer hincapié en una tradición que se perdió en los años 50 y que gracias a la Asociación y al empeño de muchos hacinenses se recuperó en los 90 y se hace con una cierta frecuencia. Nos referimos a “El Reinado”.
El Reinado es una fiesta navideña, que se celebraba en muchos pueblos. Con el paso del tiempo, la despoblación y las distintas circunstancias, se ha ido perdiendo en todos ellos… ¡excepto en Hacinas!
¿Cómo era El Reinado?
Recogido en el libro el folklore de Hacinas, de Abdón de Juan.
No todos los años se celebraba. Tenía que juntarse una cuadrilla de jóvenes y acordar que ese año habría Reinado. Si así fuera, el día de San Andrés (30 de noviembre) por la noche, darían una ronda por el pueblo al son de la gaita y el tambor anunciando el evento. (Ronda de San Andrés)
Entre los jóvenes eligen rey, virrey y abanderado, que se encargará de llevar y custodiar la bandera de “El Reinado”. El rey tiene la misión de presidir todos los actos y el virrey asistir al rey y colaborar con él.
El día 24 de diciembre se da un pasacalle al anochecer. Es el comienzo de la celebración del Reinado. Los mozos se distribuyen en grupos y van por las casas cantando una “entradilla”, una “canción” y una “despedida”. Comienzan y concluyen con el típico IJIJIJI grito en dos impulsos a modo de relincho, que en Hacinas se llama sencillamente IJIJI. (El cántico de los novios comienza y acaba con este grito).
El día de Navidad, los componentes del Reinado acuden a misa portando la bandera y llevando un pañuelo al cuello. El rey y virrey llevan, además, un sombrero. Concluida la misa salen ellos los primeros, porque llega el momento más importante: la elección de la reina. Colocados a la entrada de la iglesia, en dos filas encabezadas por el rey y el virrey, hacen pasillo para que la gente vaya saliendo. Esperan la salida de las mozas. Cuando sale la moza prevista, o la improvisada en su caso, el rey, que tiene el sombrero puesto, se lo quita cortésmente y se lo pone a la chica, que es elegida reina con este gesto. Todos los componentes gritarán IJIJIJI.
La reina elige a la virreina, se lo dice al virrey y éste la coloca el sombrero igualmente.
Se dan rondas por las casas el día 25 y el 31 de diciembre y el 1, 5 y 6 de enero. Los componentes del Reinado acudirán a todas las misas y rosarios y actos con la bandera, pañuelos, y sombreros.
Después del rosario había baile público en la “cueva del castillo”. Abren el baile el rey y la reina bailando una jota a la bandera. “Baile de la bandera”. Si durante el desarrollo del baile, algún casado consigue llegar al bar con alguna prenda de los componentes del Reinado, (pañuelos, sombreros, bandera…) éstos tendrán que pagarle un litro vino o algo equivalente.
Finalizado el baile el rey y virrey acompañan a la reina y virreina a sus casas. Y posteriormente comienzan las rondas de canciones que hemos comentado antes.
El día de Año Nuevo, la reina invita a comer al rey, al virrey y a la virreina, y a los demás mozos al café y la copa.
El día de Reyes, los mozos invitan a comer a la reina y a la virreina.
El día de Reyes, último del Reinado, después del baile de la bandera, tiene lugar la carrera de garrochas (especie de porras). Los componentes hacen dos grupos, uno va con el rey y otro con el virrey. La reina y la virreina se trasladan con la bandera hasta el alto de San Cirbián, y rey y virrey permanecen en “el baile”. La carrera consiste en una carrera de relevos, lanzando las garrochas, por caminos diferentes para llegar al mismo destino. El testigo, la garrocha, ha de llegar del rey a la reina y del virrey a la virreina. A la vuelta se cambia el itinerario. El ganador tiene la satisfacción del triunfo.
Después de la carrera continúa el baile, y una vez concluido éste, la reina y virreina son acompañadas a sus casas y se da por finalizado El Reinado.
¿Qué valor tiene El Reinado?
Realmente el valor lo tiene algo que hemos mencionado muy someramente, y son sus melodías.
Cinco melodías dan soporte a cuarenta y seis letrillas que cubren los distintos momentos y circunstancias de la celebración.
No podemos pasar por alto la importancia de una de las melodías y sus textos correspondientes. Aquí se llaman “entradillas”, pero en lenguaje técnico las denominan “villancicos glosados”. Recogido todo esto en el libro “El folklore de Hacinas” de Abdón de Juan. Es el caso que este libro cayó en manos de José Manuel Pedrosa, estudioso de estos temas. Altamente sorprendido por este hallazgo, lo hizo llegar a Margit Frenk, alemana, catedrática de la Universidad Autónoma de México y presidenta de la Asociación Internacional de Hispanistas. Emocionada –dice- por encontrar “vivos” villancicos que creían desaparecidos desde 1903, cuando se interpretaron por última vez en Marmelete, pequeño pueblo del Algarve portugués. Se trata de una forma de versificar de los siglos XIV – XVI, ya desaparecida. Desde entonces se cita con alguna frecuencia el nombre de Hacinas – Burgos en conferencias internacionales sobre estos temas.
Por distintos caminos se han ido difundiendo algunas de estas canciones por la geografía española. Algunas de El Reinado figuran en la colección El Cancionero Popular de Castilla y León. Y tiene una buena representación en el gran Cancionero Popular de Burgos.
Mucho antes de nacer la asociación Amigos de Hacinas, el 14 de julio de 1957, un equipo de Hispavox llegó a Hacinas, enviado por el profesor García Matos, del Instituto de Musicología de Madrid, para grabar algunas de estas canciones.
Había precedido un encuentro casual con el profesor en Silos, donde se le informó someramente sobre el folklore de Hacinas. Se le envió después, a petición suya, alguna de las canciones con notación musical lo que motivó la grabación. Al menos cuatro de esas canciones figuran en la Gran Antología del Folklore Español dirigida por el citado profesor, como testimonio de lo antes dicho.
¿Se mantiene?
Se celebró por última vez en las Navidades de 1952. Diversas circunstancias fueron la causa de que durante muchos años permaneciese, si no olvidado, sí “aparcado”, esperando el necesario rescate.
La emigración de los jóvenes a las ciudades en busca de trabajo, la disminución así de los habitantes de los pueblos, la comunicación con otras culturas y la aún tímida presencia de la televisión, por citar algunas causas, tuvo como consecuencia un cierto olvido del pasado y de sus tradiciones.
La idea de recuperarlo siempre ha estado latente en Hacinas, como queda plasmado en el libro de Abdón de Juan, -1985- donde lo sugiere.
Fue en el año 1990 cuando la Asociación Amigos de Hacinas, en su ánimo de recuperar y conservar las tradiciones del pasado se propone poner en marcha este proyecto. Después de pensar y madurar la idea largamente, y a pesar de las dificultades y pareceres encontrados, se decidió acometer esta pequeña aventura.
No se veía posible hacerlo en Navidad, su marco tradicional, por la nueva realidad del pueblo. Se decidió pues, celebrarlo en agosto, con el fin de congregar al mayor número de personas posible. En esta ocasión fue representado por gente que había vivido el anterior. Se trataba de que el resto del pueblo aprendiera. Así, se inauguró una nueva etapa que tuvo su continuación los años 1993, 1995 y 1997.
Para llevarlo a cabo en un nuevo marco, como era el caso, había que “encorsetarlo” en unos pocos actos, seleccionar los ritos que se adaptaban a las nuevas circunstancias, mentalizar suficientemente a los que iban a intervenir, especialmente en la interpretación de las canciones.
Tras esa época de los 90 en la que unos cuantos entusiastas celebraron El Reinado, dejamos transcurrir 15 años sin darnos cuenta, y en el año 2012, nuestro empeño estaba puesto en que se celebrara de nuevo. Y en especial en el empeño de los que participaron en los reinados de las últimas ediciones.
Así pues, ya con otras tecnologías, nos pusimos en contacto con los jóvenes, mantuvimos una reunión conjunta con ellos y dos profesionales y entendidos musicales, Abdón de Juan y Mª Jesús Santamaría (Yesca, oriunda de Hacinas). Teniendo en cuenta que ninguno de estos muchachos recordaba los reinados anteriores, tuvimos que contarles todo, cómo era en su origen y cómo se tenía que adaptar en las fechas estivales. Irles mentalizando de la importancia de esta celebración… Difundimos entre los jóvenes las tonadas (entradilla, canción central y despedida) y fueron metiéndose poco a poco en el papel.
Acordamos celebrarlo en dos fines de semana, pues alargarlo más podía resultar pesado.
Así pues, llegó julio y los primeros ensayos. Se invitó a los mismos a gente con más experiencia para dar más empaque a los mismos.
La respuesta de los jóvenes ha sido extraordinaria, aunque en un principio la idea les echó para atrás. Creemos que han vivido una experiencia muy bonita y que recordarán.
Estuvieron implicados más de 20 jóvenes de 16 a 23 años, que se aprendieron las canciones; estuvieron presentes con todas las insignias en los momentos que lo requería; hubo una elección de reina multitudinaria; el baile de la bandera divertidísimo; la carrera de garrochas fue veloz; el baile de las prendas muy animado… ¡Un éxito! Además, estuvieron arropados en todo momento por el grupo de danzas “Santa Lucía” y los dulzaineros, lo que supone otra treintena de jóvenes, y el resultado es un grupo de chavales que disfrutaron y nos hicieron disfrutar, con mucha ilusión y con ganas de repetir y que seguro no olvidarán ni las tonadas ni su Reinado.
Hacer una representación de este tipo supone mucho esfuerzo, dedicación y trabajo. Como antaño, no se puede hacer todos los años, además de que cansaría al público, pero desde luego, el interés de la Asociación es que no caiga en el olvido, y con mayor o menor frecuencia celebrarlo, como ocurrió en una celebración reciente que tuvo lugar en el año 2022.